
Echo a un lado la parte lógica y pongo al frente la parte emocional. Sentimental. Esa que mueve la fibra más pequeña del cuerpo.
Esa parte emocional que llena el pecho, entibia el corazón y fortalece el alma.
Pero me conozco bien. Por supuesto que me conozco. Nací siendo yo. Estoy conmigo desde siempre, y por eso sé, que también hay una parte lógica dentro de mi.
Esa parte lógica no se desprende de la emocional y siempre está ahí de alguna forma. Es la que me dice que una u otra cosa está bien o no. La que me ayuda a planificar.
Pues hoy reviso ambas. La emocional y la lógica. Y las dos me responden igual. Ambas saben que contigo estoy bien. Que puedo crecer desde adentro hacia afuera y desde afuera hacia adentro.
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