viernes, 23 de julio de 2010

El Tapón (cuento)

Recién había llegado al departamento luego de un viaje placentero de primera clase. La verdad que en primera, no se siente las ocho hora de vuelo.

Aterrizó, recogió sus maletas y contactó al chofer sin contratiempos.

Ahora en el departamento comenzó a inspeccionarlo. Todo estaba en orden. Los muebles, la cocina, las habitaciones. Hasta las cortinas estaban tal como las había acordado.

El ambiente estaba cálido. Se había asegurado que le encendieran la calefacción previamente.

Encendió el tv de la sala y comenzó a buscar rápidamente entre los más de cien canales.

Apagó el tv. No tenía intenciones de ver nada.

Encendió el laptop y mientras, fue a la cocina y se preparó un trago. Un scotch sobre tres piedras de hielo.

Ya en el computador abrió el sitio del banco, introdujo sus credenciales y validó su estado de cuenta. Los pagos se habían realizado.

Tuvo una corazonada que le emocionó de inmediato. Todo había salido muy bien. Había trabajado muy duro pero lo logró. Su empresa había firmado un contrato millonario y apenas contaba con cuarenta y tantos años. Aún tenía mucho que disfrutar de esta nueva etapa de su vida.

Cerró el laptop. Tomó el teléfono, marcó y esperó.

"Hola, ya llegué" dijo apenas contestaron, ya que había reconocido la voz. "Si amor, todo en orden. Increíblemente en orden. ¿ Tu qué tal ? Los niños ?".

"¡Qué bueno!" Respondió con una voz muy relajada y placentera. "Sí. Me cambio y nos vemos donde tus padres".

Colgó y se fue a la ducha.

Se desnudó, se vio al espejo, se revisó la barba, abrió la regadera y luego pensó lo afortunado que era. Desde niño soñó ser un ejecutivo exitoso, con una buena mujer. Con una familia.

Estaba plenamente feliz y agradecido con la vida.

Revisó el agua de la ducha y ajustó la temperatura.

Entró en la bañera y se dio cuenta que había colocado mal el tapón, por lo que no se llenó. Decidió tomar una ducha rápida, así que no se preocupó.

Sintió el agua caer desde su cabeza a los pies y la sintió agradable. Estaba tan feliz que mágicamente todo le parecía una bendición.

Comenzó a colocarse el champú y con los ojos cerrados apuntó la frente hacia el origen del agua.

Por segundos perdió el equilibrio, se resbaló al intentar buscar apoyo a ciegas, su mano derecha se enredó con la cortina de baño y cayó pegando la cabeza contra el filo de la bañera.

Murió instantáneamente.

No hay comentarios.: